lunes, 18 de agosto de 2008

Borges y yo

Por Jorge Luis Borges.

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición.
Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cual de los dos escribe esta página.

5 comentarios:

Ariadna dijo...

Muy buena la antología que se lee por aquí.

Zimbon dijo...

Muchas gracias! Vuelva cuando quiera...

Anónimo dijo...

Hola! Estoy poniendome al dia con los posts...hace dias q no pasaba por aca, xq hoy rendi un final...asi q no habia tenido mucho tiempo de conectarme...Siempre resulta grato darse una vuelta por acá!
Un beso!

JO dijo...

Genial....tiene el estilo de "la memoria de Shakespeare" esa confusión de pérdida de identidad, que por lo que veo mantenía en vilo a Borges.Ese estilo Borgiano,como en "la casa de Asterión" en donde el personaje también construye su identidad a partir de lo que interpreta que otros piensan de el...

me gustó!

Zimbon dijo...

No leí esa memoria de Shakespeare! La voy a buscar...
Besos!