miércoles, 25 de febrero de 2009

Las mujeres y el amor (2)

¿Cómo entendían las mujeres el amor?
Creían que el amor era elegir un hombre para toda la vida. No nos olvidemos que estaba teñida la idea del amor con la idea de bienestar, seguridad, hijos, familia. Hoy en día, la idea del amor es más amplia y la idea del matrimonio es más débil. Entonces, habiendo otras puertas amorosas que no conducen al matrimonio, es natural que el modo de pensar de la mujer al respecto haya variado muchísimo.

¿La mujer busca igualar al hombre?
No, no es así. Yo creo que la mujer tiene su propio mundo a desarrollar, en el que los halagos, gustos y placeres son esencialmente diferentes a los del varón. Para no hablar de las diferencias estrictamente físicas, ante un hijo, la mujer reacciona de una manera y el hombre de otra. Por ese motivo, el pensar que la mujer se va a realizar cuando consiga hacer aquello que hace el hombre me parece una pobre idea de la femineidad. Lo que sí creo es que ciertamente el hombre ha recibido algunos provilegios jurídicos, laborales y económicos que ya sería tiempo que desaparecieran. Quiero señalar que hubo épocas en las que hubiera sido inconcebible la mera descripción de nuestra sociedad patriarcal. La Europa anterior a las invasiones arias era una Europa matriarcal. Las mujeres dominaban, imponían la ley. El papel del hombre estaba reducido a los actos indispensables para la reproducción. Incluso la religión tenía imagen femenina, la adoración de la Luna y de la triple diosa madre-doncella-bruja.

¿Qué lugar ocupan los movimientos feministas?
Son una reacción de rebeldía exagerada porque sólo dicen que la mujer es capaz de ser tan inteligente como el hombre sino que llegan a decir que la mujer es más inteligente que el hombre. Por tanto, ejercen lo mismo que combaten.

¿Se llegará a un momento de equilibrio de poder?
No lo creo. Los maniqueos decían que lo que le daba movimiento a la historia era la lucha, y para que exista la lucha, tiene que haber alguien que permanezca sobre el otro. Así, el equilibrio podría llegar a señalar el fin de los tiempos. La vida es desequilibrio.


Por Alejandro Dolina

martes, 24 de febrero de 2009

Fotografías borradas

"La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella.
La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia."

Milan Kundera
Fragmento de El Libro de la risa y el olvido

lunes, 23 de febrero de 2009

Me estas atrapando otra vez

Me despierto pensando si hoy te voy a ver,
pero es inútil negarlo: tu me estás atrapando otra vez.
Eres un ángel maldito, eres la dama más cruel.
Un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder,
tu me estás atrapando otra vez...

Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,
y ahora tengo que esconder las heridas.
Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí,
Nunca me podré alejar de ti!

Te extraño cuando llega la noche, pero te odio de día,
después me subo a tu coche, y dejo pasar la vida.
Debería dejarte, Irme lejos, no volver.
Pero es inútil negarlo: tu me estás atrapando otra vez,
contigo sólo puedo perder...

Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,
y ahora tengo que esconder las heridas.
Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí...
...nunca, me podré alejar de ti!

miércoles, 18 de febrero de 2009

Las mujeres y el amor (1)


¿Las mujeres guardan secretos o simplemente se hacen las misteriosas?
Yo no creo que exista una homogeneidad en el género femenino. Me imagino a la mujer actuando de manera unívoca. Según Oscar Wilde la mayoría de las mujeres eran esfinges sin secretos. Es decir que adoptaban una actitud misteriosa, pero en realidad todo se reducía a una apariencia. Yo me limito a citar a Wilde, pero en cualquier caso urgido a contestar, diría que he visto otras cualidades con mas frecuencia en la mujer. De hecho, en el amor, este ejercicio de la reserva, se ve rara vez. En general, las personas todas y las mujeres entre ellas tienden a despejar rápidamente cualquier incógnita. El mundo actual no tiene paciencia para la reserva y para el misterio, exige rápidamente respuestas.

¿Estos misterios eran utilizados para seducir?
Podría serlo en otra época, pero hoy, hay una tendencia universal a la publicación de los sentimientos más íntimos. Lo que antes era un secreto y no se confiaba ni siquiera a su diario íntimo, ahora es pasto de los medios de comunicación. La gente no tiene vergüenza de ir a un programa de televisión a confesar sucesos de naturaleza tan íntima. Aquel carácter inexpugnable que tenía el alma de la mujer ha desaparecido. Yo recuerdo que en mis primeras experiencias con la mujer me produjeron una enorme intriga. Eran otros tiempos. Yo tenía mucha curiosidad acerca de lo que pensaba de mí esta o aquella chica, con quién soñaría en su cuarto, a quién nombraría secretamente en las noches. Ahora eso ya no es secreto. Yo no digo que esto sea mejor o peor, digo que ya no está entre nuestras costumbres el ocultar demasiado ciertas cuestiones de naturaleza íntima.

¿En este momento cuáles serían las armas de seducción de las mujeres?
Son armas ostensibles. Ya no son armas de guerra fría sino de batalla frontal. En general, son la belleza y la audacia. Con los años, ciertas armas empiezan a mellarse. La espada de la belleza hace menos daño y se empiezan a buscar nuevas armas que, sin duda, son menos eficaces. Yo creo que en esta época, las batallas de amor son muy frontales, cruentas y terribles. Te dejan herido sin el menor escrúpulo. No queda ni siquiera ese código de honor de la caballería, los muertos ruedan por el suelo, y las huestes bisoñas van desalojando del campo de batalla aquellos veteranos gloriosos.

¿Se muere de amor?
Yo no sé si se muere de amor pero si se experimetan sensaciones que son parecidas a ella. Lo contrario de la muerte no es la vida sino el amor. No hay momento que uno se sienta más lejos de la muerte que en el momento cúlmine del acto amoroso. Allí uno es inmortal, por ese ratito uno es inmortal.


Por Alejandro Dolina

martes, 17 de febrero de 2009

Olvido y memoria



Ese gran simulacro

Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pienos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmoviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro

el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda

en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede -aunque quiera- olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese el camino de santiago

el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.



Mario Benedetti

jueves, 12 de febrero de 2009

A tus 50 y diez Joaquin...

"Pero sin prisas,
que a las misas de réquiem,
nunca fui aficionado,
que el traje de madera que estrenaré,
no está siquiera plantado,
que el cura que ha de darme la extremaunción,
no es todavía monaguillo"


Un día cómo hoy hace 60 años, nacía un tal Joaquín Sabina en Ubeda, un pueblito de España. Se han dicho y se dicen mil cosas sobre él y sobre el personaje construido en base a las historias que cuenta en sus canciones. Yo prefiero quedarme mas precisamente con su poesía, con la capacidad que tiene para transformar sus experiencias en canciones y convertirlas en la banda sonora de nuestras vidas...

Cuentan las malas lenguas que en primavera sale su nuevo disco y no mucho tiempo despúes, lo tenemos nuevamente en Argentina, calentandonos un poquito el alma con sus letras...


Feliz cumpleaños gallego!


"Si lo que quieres es vivir cien años
No pruebes los licores del placer.
Si eres alérgico a los desengaños
Olvídate de esa mujer.
Compra una máscara antigás,
Manténte dentro de la ley.
Si lo que quieres es vivir cien años
Haz músculos de cinco a seis.

Y ponte gomina que no te despeine
El vientecillo de la libertad.
Funda un hogar en el que nunca reine
Más rey que la seguridad.
Evita el humo de los puros,
Reduce la velocidad.
Si lo que quieres es vivir cien años
Vacúnate contra el azar.

Deja pasar la tentación
Dile a esa chica que no llame más
Y si protesta el corazón
En la farmacia puedes preguntar:
¿tiene pastillas para no soñar? "



"Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo,
más de un beso me dieron y más de un bofetón.
Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna.
Lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de las faldas de algunas
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
Así que de momento, nada de adiós muchachos.
Me duermo en los entierros de mi generación.
Cada noche me invento.
Todavía me emborracho.
Tan joven y tan viejo, like a Rolling Stone."

Siempre se extraña Cortázar...


Un 12 de febrero también, pero de 1984, moría en París Julio Cortázar a los 70 años. Afortunadamente, tenemos infinidad de textos que nos impiden olvidarlo...

Los que siguen, son fragmentos y frases sueltas de Rayuela, tal vez su novela mas popular.


"Nunca te llevé a que Madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad terrible sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro."

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"Como no sabías disimular me di cuenta enseguida que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos."

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"Yo aprovechaba para pensar en cosas inútiles, método que había empezado a practicar años atrás en un hospital y que cada vez me parecía más fecundo y necesario."

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...la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.

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¿Y el Tiempo? Todo recomienza, no hay un absoluto. Después hay que comer o descomer, todo vuelve a entrar en crisis. El deseo cada tantas horas, nunca demasiado diferente y cada vez otra cosa: trampa del tiempo para crear las ilusiones. «Un amor como el fuego, arder eternamente en la contemplación del Todo. Pero en seguida se cae en un lenguaje desaforado.»

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Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas.


martes, 10 de febrero de 2009

Cinco pelis que no podés perderte!

En una contribución totalmente desinteresada de "Por decir lo que pienso..." acá va un listado arbitrario de cinco películas que toda persona que se digne a decir que le gusta el cine, no puede dejar de ver...
El orden da igual, es solo para organizarlas, y según el día, creo que podría cambiarlo por completo. Ahora si me piden uno, sería el que tienen, pero en orden ascendente (la mejor es la de abajo).


Memento, 2000.




El laberinto del fauno, 2006. (Pan's Labyrinth)

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, 2004
(Eternal sunshine of the spotless mind)








Amelie, 2001. (Le fabuleux destin d'Amélie Poulain)



El efecto mariposa, 2004. (The butterfly effect)


Este es sólo el primero de una serie de post, contando las pelis que mas me gustaron o me dejaron alguna idea haciendo ruido... hay muchas mas, por supuesto!

Si quieren, pueden involucrarse y contarme:
¿Cuál es la que más les gustó?
¿Cuál no vieron todavía?
Y agregar una, solo una, que ustedes pondrían. (y que puede figurar en futuros post, si la vi y me gusta, obvio, je!).

lunes, 9 de febrero de 2009

Yo no tengo una personalidad


8

Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.

En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.

Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.

¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!

¡Imposible saber cuál es la verdadera!

Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.

¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?

El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...

Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.

Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

Oliverio Girondo

viernes, 6 de febrero de 2009

Es que yo quiero


Sobre el final de "Las palmeras salvajes" de Faulkner, Wilbourne un médico, o casi médico, embaraza a su amante Carlota. Ella le pide que la haga abortar, y él le practica un raspado, mal hecho, ella desangra y muere. Wilbourne va a dar a la cárcel condenado a muchos años de prisión.
Rittenmeyer, esposo de Carlota, lo visita y le deja una caja con una pastilla de cianuro para que se suicide. Y este hombre, Wilbourne, cuya vida nunca fue grata, que transcurrió en un permanente fracaso, que deja a la mano el cianuro “para cuando llegue el momento”, termina diciéndose:


" No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena."


William Faulkner en "Las Palmeras salvajes"

jueves, 5 de febrero de 2009

Lo invisible es esencial a los ojos

Estas son algunas de las mejores creaciones de Petre, publicadas en un buen blog que suelo seguir... Se los recomiendo!
Pueden encontrarlo acá: Lo invisible es esencial a los ojos



Efecto dominó

DiscrimiNAZIones


The invisible hand of market

Fast Food


Literalmente porno


Piedra libre




Movilidad social


Muchas Gracias Petre!

miércoles, 4 de febrero de 2009

Humanitos

Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los ángeles.
Después supimos que veníamos de la selva africana y que ninguna cigüeña nos había traído desde París.
Y no hace mucho nos enteramos de que nuestros genes son casi igualitos a los genes de los ratones.
Ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos del Diablo.
Nosotros, los humanitos:
los exterminadores de todo,
los cazadores del prójimo,
los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno y la bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque liquida a las personas pero deja intactas las cosas,
los únicos animales que inventan máquinas,
los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan,
los únicos que devoran su casa,
los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la tierra que les da de comer,
los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes,
los únicos que matan por placer,
los únicos que torturan,
los únicos que violan.

Y también
los únicos que ríen,
los únicos que sueñan despiertos,
los que hacen seda de la baba del gusano,
los que convierten la basura en hermosura,
los que descubren colores que el arcoiris no conoce,
los que dan nuevas músicas a las voces del mundo
y crean palabras, para que no sean mudas
la realidad ni su memoria.


Eduardo Galeano
Espejos. Una historia casi universal. Siglo XXI editores.

lunes, 2 de febrero de 2009

Ojo con esta gente!

Algunos creen que dos de los peores personajes que tiene este mundo son los "pelotudos" y los "hijos de puta". Yo creo que no, que mucho peores que ellos son los pelotudos que se creen inteligentes y los hijos de puta que la van de buen tipo...

Porque de última, prefiero a los primeros, porque son una basura, pero son eso, no la caretean, se muy bien con quienes me estoy metiendo, y cuáles son las reglas del juego. En cambio, con los otros, con los que se hacen, esos si que son verdaderamente insoportables y peligrosos, porque ni siquiera se hacen cargo de ello, ni para eso van de frente...

Hay que tener mucho cuidado con estos tipos, y cada vez son mas!

No, no pienso dar nombres. Cada cual debe tener sus falsos pelotudos e hdp con los cuales se cruza a diario.

domingo, 1 de febrero de 2009

Aquel peronismo de juguete

Cuando yo era chico Perón era nuestro Rey Mago: el 6 de enero bastaba con ir al correo para que nos dieran un oso de felpa, una pelota o una muñeca para las chicas. Para mi padre eso era una vergüenza: hacer la cola delante de una ventanilla que decía "Perón cumple, Evita dignifica", era confesarse pobre y peronista. Y mi padre, que era empleado público y no tenía la tozudez de Bartleby el escribiente, odiaba a Perón y a su régimen como se aborrecen las peras en compota o ciertos pecados tardíos.

Estar en la fila agitaba el corazón: ¿quedaría todavía una pelota de fútbol cuando llegáramos a la ventanilla? ¿O tendríamos que contentarnos con un camión de lata, acaso con la miniatura del coche de Fangio? Mirábamos con envidia a los chicos que se iban con una caja de los soldaditos de plomo del general San Martín: ¿se llevaban eso porque ya no había otra cosa, o porque les gustaba jugar a la guerra? Yo rogaba por una pelota, de aquellas de tiento, que tenían cualquier forma menos redonda.

En aquella tarde de 1950 no pude tenerla. Creo que me dieron una lancha a alcohol que yo ponía a navegar en un hueco lleno de agua, abajo de un limonero. Tenía que hacer olas con las manos para que avanzara. La caldera funcionó sólo un par de veces pero todavía me queda la nostalgia de aquel chuf, chuf, chuf, que parecía un ruido de verdad, mientras yo soñaba con islas perdidas y amigos y novias de diecisiete años. Recuerdo que ésa era la edad que entonces tenían para mí las personas grandes.

Rara vez la lancha llegaba hasta la otra orilla. Tenía que robarle la caja de fósforos a mi madre para prender una y otra vez el alcohol y Juana y yo, que íbamos a bordo, enfrentábamos tiburones, alimañas y piratas emboscados en el Amazonas pero mi lancha peronista era como esos petardos de Año Nuevo que se quemaban sin explotar.

El General nos envolvía con su voz de mago lejano. Yo vivía a mil kilómetros de Buenos Aires y la radio de onda corta traía su tono ronco y un poco melancólico. Evita, en cambio, tenía un encanto de madre severa, con ese pelo rubio atado a la nuca que le disimulaba la belleza de los treinta años.

Mi padre desataba su santa cólera de contrera y mi madre cerraba puertas y ventanas para que los vecinos no escucharan. Tenía miedo de que perdiera el trabajó. Sospecho que mi padre, como casi todos los funcionarios, se había rebajado a aceptar un carné del Partido para hacer carrera en Obras Sanitarias. Para llegar a jefe de distrito en un lugar perdido de la Patagonia, donde exhortaba al patriotismo a los obreros peronistas que instalaban la red de agua corriente.

Creo que todo, entonces, tenía un sentido fundador. Aquel "sobrestante" que era mi padre tenía un solo traje y dos o tres corbatas, aunque siempre andaba impecable. Su mayor ambición era tener un poco de queso para el postre. Cuando cumplió cuarenta años, en los tiempos de Perón, le dieron un crédito para que se hiciera una casa en San Luis. Luego, a la caída del General, la perdió, pero seguía siendo un antiperonista furioso.

Después del almuerzo pelaba una manzana, mientras oía las protestas de mi madre porque el sueldo no alcanzaba. De pronto golpeaba el puño sobre la mesa y gritaba: "¡No me voy a morir sin verlo caer!". Es un recuerdo muy intenso que tengo, uno de los más fuertes de mi infancia: mi padre pudo cumplir su sueño en los lluviosos días de setiembre de 1955, pero Perón se iba a vengar de sus enemigos y también de mi viejo que se murió en 1974, con el general de nuevo en el gobierno.

En el verano del 53, o del 54, se me ocurrió escribirle. Evita ya había muerto y yo había llevado el luto. No recuerdo bien: fueron unas pocas líneas y él debía recibir tantas cartas que enseguida me olvidé del asunto. Hasta que un día un camión del correo se detuvo frente a mi casa y de la caja bajaron un paquete enorme con una esquela breve: "Acá te mando las camisetas. Pórtense bien y acuérdense de Evita que nos guía desde el cielo". Y firmaba Perón, de puño y letra. En el paquete había diez camisetas blancas con cuello rojo y una amarilla para el arquero. La pelota era de tiento, flamante, como las que tenían los jugadores en las fotos de El Gráfico.

El General llegaba lejos, más allá de los ríos y los desiertos. Los chicos lo sentíamos poderoso y amigo. "En la Argentina de Evita y de Perón los únicos privilegiados son los niños", decían los carteles que colgaban en las paredes de la escuela. ¿Cómo imaginar, entonces, que eso era puro populismo demagógico?
Cuando Perón cayó, yo tenía doce años. A los trece empecé a trabajar como aprendiz en uno de esos lugares de Río Negro donde envuelven las manzanas para la exportación. Choice se llamaban las que iban al extranjero; standard las que quedaban en el país. Yo les ponía el sello a los cajones. Ya no me ocupaba de Perón: su nombre y el de Evita estaban prohibidos. Los diarios llamaban "tirano prófugo" al General. En los barrios pobres las viejas levantaban la vista al cielo porque esperaban un famoso avión negro que lo traería de regreso.

Ese verano conocí mis primeros anarcos y rojos que discutían con los peronistas una huelga larga. En marzo abandonamos el trabajo. Cortamos la ruta, fuimos en caravana hasta la plaza y muchos gritaban "Viva Perón, carajo". Entonces cargaron los cosacos y recibí mi primera paliza política. Yo ya había cambiado a Perón por otra causa, pero los garrotazos los recibía por peronista. Por la lancha a alcohol que casi nunca anduvo. Por las camisetas de fútbol y la carta aquella que mi madre extravió para siempre cuando llegó la Libertadora.

No volví a creer en Perón, pero entiendo muy bien por qué otros necesitan hacerlo. Aunque el país sea distinto, y la felicidad esté tan lejana como el recuerdo de mi infancia al pie del limonero, en el patio de mi casa.


Osvaldo Soriano, 1973.