jueves, 31 de enero de 2008

Walsh y la Historia

"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas."

Rodolfo Walsh.

Un texto de Joaquin Sabina

"A los catorce (parece que fue ayer), el rey Melchor se lo hizo conmigo y me trajo, por fin, una guitarra. Aquel adolescente ensimismado que era yo, con granos y complejos, en lugar de empollar física y química, mataba las horas rimando, en un cuaderno a rayas, versos llenos de odio contra el mundo y los espejos.
El mundo, lejos de sentirse aludido, seguía girando (que es lo suyo), desdeñoso, sin importarle un carajo mi existencia. Y los espejos, cabrones, en vez de consolarme con mentiras, más o menos piadosas, me sostenían cruelmente la mirada.

Vivía en un sitio llamado Úbeda. Algunas noches, mientras mis padres dormían, me daban las diez y las once y las doce y la una practicando con sordina, en mi flamante guitarra, los acordes de "blanca y radiante va la novia", o iniciándome en el furtivo y noble arte de la masturbación, o suspirando por mi vecina, una rubia de bote que suspiraba por un idiota moreno que tenía una bici de carreras y jugaba al baloncesto.
Sólo se me ocurrían tres maneras de atraer su atención: triunfar en el toreo, atracar un banco o suicidarme. Lo malo es que las tres exigían una sobredosis de valor que yo (¡ay de mí!) no poseía. Yo poseía mi cuaderno a rayas cada vez más lleno de ripios contra el mundo, mi guitarra, cada día más desafinada, y un plano del paraíso, que resultó ser falso. Y la vida, previsible y anodina, como una tarde de lluvia en blanco y negro.
Pero en la pantalla del Ideal Cinema, cuando no daban una de Romanos, el viento golfo de Manhattan le subía la falda a Marilyn y era domingo, y no había clase, y los niños de provincias soñábamos despiertos y en technicolor con pájaros que volaban y se comían el mundo. Y el mundo que quería comerse los pájaros que anidaban en mi cabeza... pongamos que se llamaba Madrid.

Así que un día me subí, sin billete de vuelta, al vagón de tercera de uno de aquellos sucios trenes que iban hacia el Norte, me apeé en la estación de Atocha y aprendí que las malas compañias no son tan malas y que se puede crecer al revés de los adultos; y supe, al fin, a qué saben los aplausos y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza, y lo que queda después de los aplausos, y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza.
Tal vez por eso mis canciones quieren ser un mapamundi del deseo, un inventario de la duda, siete crisantemos con espinas. Y, cuando las cartas vienen malas y amenaza tormenta y los dioses se ponen intratables y los hoteles no son dulces y todas las calles se llaman Melancolía, todavía fantaseo con debutar sin picadores o con desvalijar sucursales de Banesto o con probar mi suerte a la ruleta rusa, pero ahora, en lugar de tirarme en las Ventas de espontáneo, o de escribirle una carta póstuma al juez Garzón, o de ahorrar para una Smith & Wesson del especial, escribo en technicolor la canción de las noches perdidas, para vengarme de tantas tardes de lluvia en blanco y negro, de tantos hombres de traje gris, de tantas rubias de bote que se van con idiotas morenos que juegan al baloncesto, de tantas bocas adorables que nunca fueron mías, que nunca serán mías...

Aquellos granos trajeron estas cicatrices y aquellos mihuras que nunca toreé me cosieron a cornadas el alma. Pero no me quejo; tengo amigos y memoria y risas y trenes y bares y una mala salud de hierro y un puñado de canciones recién salidas del horno que me tienen (dejadme que os lo cuente) orgulloso como un padre primerizo que babea.
Y, de cuando en cuando, una rubia de bote me tira un beso, desde el público, aprovechando un despiste de su novio; ese idiota moreno que juega al baloncesto.
¿Que a qué viene todo esto? Pues a que anochece y está lloviendo y los periódicos hablan de elecciones y yo no sabía cómo hablaros de esta boca que es, desde ahora y para siempre, más vuestra ya que mía."


Joaquin Sabina

Los juegos (Alejandro Dolina)

Ustedes saben que inventar personajes que hagan carrera en todas las naciones no es cosa facil... Pocos escritores lo han logrado realmente. E incluso a veces lo logran a esto de crear un personaje que tenga curso en todas las culturas, en todas las naciones...a veces lo logran, digo, escritores de segundo orden. Estoy pensando en Arthur Conan Doyle, un escritor de segundo orden que ha generado un personaje mundial como es Sherlock Holmes.

Y hoy quiero hablar de otro que tambien lo logro y que es Sir James Barrie. Tanto lo logro que cuando yo digo Sir James Barrie nadie - no creo que nadie - recuerde de quien se trata. Y sin embargo cuando mencione el personaje que el invento, todos lo van a conocer: Peter Pan.
Pero al pobre Barrie le paso lo que esta muchacha... Margaret Mitchell, la que escribio "Lo que el viento se llevo". El cine lo devoro.Y yo creo que todos los muchachos dan en pensar que Peter Pan es una creacion de Walt Disney. Del mismo modo se piensa de Pinocho y hasta de Blancanieves y de cosas asi; tal es la fuerza del cinematografo! Bueno, si quiere que le confiese, no me mataria por ser el autor del Pinocho. Nunca que me ha conmovido mucho ese personaje pero otro dia vamos a hablar de eso. [-Es de madera...] Si creo que es de madera...
A la chica Mitchell le paso esto. El otro dia creo que nos acordabamos de la siguiente circunstancia: en los creditos de la pelicula "Lo que el viento se llevo" no figura el nombre del autor de la novela. Nada menos. Nada menos, caramba! La que invento la historia! Tampoco escribio ninguna otra cosa. Era una periodista ella; escribio una sola novela, una extensa novela, una copiosa novela pero nunca mas nada. Gano un premio con ella: el premio Pulitzer -de todas maneras- que es un premio a los periodistas. [-Bastante desprestigiado por otra parte como el periodismo mismo...]. No en el tiempo en que ella lo gano pero ahora si.

Quien era James Barrie? Y en que epoca lo situamos? Nacio el siglo pasado, en 1860 en un pueblito muy pobre de Escocia. Era mal alumno, no se destacaba mucho por nada. Casi nunca abria los libros... No tenia gran cosa...Por ahi, ya cuando joven le dio por escribir pero siempre estaba acomplejado porque creia que lo unico que conocia del mundo era su minusculo pueblo de Escocia. Entonces escribia con cierto recelo. Hasta que algunas novelas sentimentales de el empezaron a tener cierto exito. Y publica por ahi, un libro que se llama "El pequeño Ministro" hecho allá por 1890-91 y la gente empieza a conocerlo...
Hasta que en 1896 -y esto me interesa a mi- escribe una conmovedora biografia de su madre, Margaret Oglivy. Este libro contiene una frase que paso a leer que revela toda la literatura de Barrie y dice asi:"El horror de mi infancia era que yo sabia que se acercaba el tiempo en que deberia renunciar a mis juegos y eso me parecia intolerable. Entonces resolvi seguir jugando en secreto."

Yo me voy a detener aqui. Los juegos de Barrie fueron sus libros "El muchacho y David", "Peter Pan"... y el mas exitoso de todos es "Peter Pan". Pero me gusta esto: "Entonces resolvi seguir jugando en secreto."Me detengo aqui y me detengo a recordar a todos los que, como a Peter Pan o como a Barrie, decidieron seguir jugando en secreto.Y no es que a uno le moleste crecer. De paso, crecer no es una actividad relacionada con el tiempo -quiero aclarar- sino con el espacio. Ser grande no es ser viejo, es otra cosa, muchachos!
Pero siempre he tenido la sorpresa de que el orden establecido y sus secuaces manifiestos o encubiertos se interesan muchisimo en que uno abandone la niñez para que deje de jugar. Digo, para que uno abandone esa gravedad de los chicos que juegan... esa solemnidad... Quiero decir que los chicos que juegan, no juegan por dinero, ni por obligacion, juegan porque les gusta. Y juegan al juego que les gusta y con la gente que les gusta y sino, no juegan. No juegan por codicia y ademas lo hacen seriamente, sin ese cinismo que viene despues con aquello que suele llamarse madurez. Yo creo que de ahi quieren sacarnos para convertirnos en personas resignadas a nuestra suerte, por mediocre que sea esta suerte. Finalmente hay gentes vulgares que desprecian a los que siguen jugando, a los que siguen soñando, a los que siguen engrandeciendose, no creciendo... Mejor dicho: si creciendo, no envejeciendo.
Quieren que no seamos esa gente que se arriesga en cada cruce, esa gente que juega fuerte como si cada baraja fuera la ultima.

Para los que ya no juegan, para los enemigos de Barrie y de Peter Pan, esto es locura -seguir jugando-. Nos convidan a la resignacion, a la madurez; gente que no soporta a los que -digo- parados en su propia sombra hacen frente, por ahi, a los miembros de su propia generacion que los invitan a crecer - dicen: "Vamos! Tenes que crecer! Y obtener una cuenta bancaria y engordar y renunciar a los cambios bruscos!"... Y a contraer -como suelo decir yo- esa medriocre eficacia que se llama madurez. Pero estos hombres tambien hacen frente a las generaciones mas jovenes que les reclaman el derecho a no jugar, ser vulgares, a no ser señalados finalmente en su vulgaridad. No, yo creo que la vida de Barrie y de Peter Pan y de los que, en secreto, han resuelto seguir jugando es muy dura.
Y, ¿a qué siguen jugando esas personas en secreto, siempre tratando de que nadie los vea? Cuando las personas serias que manejan este mundo, los personeros de la razon, del dinero ven al que sigue jugando lo señalan con el dedo. Pero, ¿a qué juegan? - se preguntaran ustedes.
Y ... algunos juegos parecen inocentes: Digo, hay quienes no pisan las baldosas celestes para no matar angeles y pisan las baldosas rojas, para matar demonios... cuando nadie los ve. Hay quienes, por ejemplo, corren carreras en la calle contra desconocidos y se juegan la vida en llegar a la esquina antes que ese desconocido y dicen cosas tales como: "Si no llego a la esquina antes que el conscripto ese que va adelante mio, morire!"Sucede, a veces, que el conscripto tambien es uno de los que estan jugando en secreto! Y entonces se producen carreras tremendas en la que se estan jugando la vida el conscripto y nuestro amigo! Y nadie lo sabe! Solo ven dos personas apuradas que transpiran y sufren y tratan de llegar primero a la esquina... y, mirandose, todos dicen: "A donde iran estos?" y no saben que se estan jugando la vida! Pero a veces, digo, esos juegos no son tan inocentes y, a veces, el juego consiste simplemente en vivir como si todavia no nos hubiera ocurrido lo mejor. Y ese ya es un juego mas pesado, un juego que a veces cuesta caro, un juego serio. No como los juegos cinicos de los que se cubren con apuestas laterales o aquellos que juegan pero dejan en su bolsillo algun dinero para el regreso. No!Me gusta el que se lo juega todo! Y el que lo juega seriamente como los chicos o con la misma fe poetica que pedia Coleridge para entender el arte, con esa renuncia a la incredulidad. Ese es el juego!

Yo, que tambien como Peter Pan, he perdido mi sombra declaro que pienso seguir jugando... Claro que en secreto... Y el que quiera seguir jugando va a ser mi amigo. Y el que ya no juegue mas se irá a un cielo personal que tengo yo, un cielo de olvido en donde, asi como muchos heroes griegos al morir se convertian en constelaciones, quienes resuelven no jugar mas tambien van a ese cielo de mis olvidos y se convierten en constelaciones, constelaciones que tienen nombres... y apellidos.
Ay, muchachos! Que hermosas estrellas brillan en ese cielo de mi olvido!...Quiero dedicar la charlita de hoy a Barrie, a Peter Pan, a mis amigos queridos que siguen jugando conmigo este juego hermoso pero fortisimo de hacer un programa en el que parece que uno hace chistes...

...Y EN REALIDAD SE ESTA JUGANDO EL ALMA!


Alejandro Dolina
(Monólogo transcripto del programa radial "La Venganza sera Terrible!")

lunes, 28 de enero de 2008

Como el cangrejo - Ivan Noble

Otra vuelta de tequila
y tu nombre resbalando
por entre los dedos flacos
de esta tarde gris
Todo lo que no nos dimos,
las caricias mal rimadas
vienen de arrebato
a desteñirme el corazón
Y en el trabalenguas de mi soledad
soy ambidiestro para todo
menos para olvidar
Y vos decis que el miedo no deja pensar,
pero la suerte nunca juega limpio
si no le guiñás un ojo…
Masticando sueños
voy para atrás como el cangrejo
¿Cómo se entierran amores
que no paran de respirar?
Borracho y enfermo
voy gambeteando los espejos
para no verte dormida
en cada rincón de esta canción
Salgo a trasnochar recuerdos
entre amigos y botellas
que cuando se apagan
duelen más que un bisturí
Y asi están las cosas, viejo:
mucha cancha embarrada,
demasiadas flores
para tan poco jardín…
Y deshojando las cenizas de este amor
soborno a mi lengua
para no nombrarte más
Y no me jures “yo te quise de verdad”
que la verdad, muñeca,
siempre muerde si no la mimás un poco…
Masticando sueños
voy para atrás como el cangrejo
¿Cómo se entierran amores
que no paran de respirar?
Borracho y enfermo
voy gambeteando los espejos
para no verte desnuda
en cada rincón de esta canción.

viernes, 25 de enero de 2008

Se te extraña Negro...






Hace algo mas de seis meses que los diarios y revistas argentinos vienen mas vacíos de contenido de lo que ya venían antes, les falta el toque Fontanarrosa, y esas ganas locas que daban de empezar a leerlos por las últimas páginas...

La nostalgia suele ser asi de caprichosa, no golpea antes de entrar, se manda sin pedir permiso. Tampoco necesita de aniversarios o fechas importantes, le alcanza con cruzarse de pasada con un libro, un comentario o una simple foto...

Gracias por todo Negro! Te seguimos extrañando...






Inodoro y Mendieta












Solo algunos ejemplos de las ocurrencias de Inodoro, gracias a la capacidad insuperable de Fontanarrosa... gracias Negro!





La historia de Inodoro Pereyra

'Pereyra por mi mama, Inodoro por mi tata, que era sanitario' se presenta a sí mismo este gaucho macho y cabrío: Inodoro Pereyra, el renegau, es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo. Y no porque use vincha, ande bien montao y sea bueno pa'payar. Esas son sólo apariencias y -se sabe- las apariencias engañan.
Que lo diga si no la pobre Eulogia Tapia, compañera del Inodoro, a quien el Negro disgraciau del dibujante le hizo engordar 67 kilos en dos cuadritos.'Lo que pasa es que es un personaje surgido a partir del cancionero folklórico que por entonces estaba de moda -se excusa en vano Fontanarrosa, su creador-, recordemos aquello de la sangre rumorosa y la cintura cósmica. Cuando Eulogia aparece en la historieta era una linda mina, después se pone fulera'.
Con más caderas pero no menos carácter, se vuelve una mujer estilo neorrealismo italiano: "Endijpué de tantos años, si tengo que elegir otra vez, la elijo a la Eulogia con los ojos cerrados -dice tierno, el renegau -. Porque si los abro elijo a otra". Como en su primera aventura, dos lagrimones le ruedan otra vez por la caripela: Inodoro Pereyra cumple ahura 25 años.
Nació y creció en la revista cordobesa 'Hortensia', en una época de consagración del folklore. La historieta era, originariamente, una parodia en la que se exageraban los giros lingüísticos y los estereotipos terruñales. Una combinación de lugares comunes del radioteatro gauchesco -que el propio Fontanarrosa escuchaba de chico-, la jerga nativista y el 'lenguaje 'festivalero' a lo (Armando) Tejada Gómez', según las palabras del humorista.
Munido de documentos, diccionarios, música y literatura, Fontanarrosa se adentró en la temática campestre. En un rejucilo de bravura sintetizó -tal como él mismo cuenta- todos esos conocimientos en la línea finita y pelada con que simbolizó, en los cuadritos, el horizonte y la chatura de la pampa."Alguna vez me preguntaron si Inodoro refleja mis conocimientos.
No hay que engañarse. Sumando todas las horas de mi vida que estuve en el campo, si son cuatro es mucho. Al campo no lo conozco ni me despierta curiosidad', admite.'
La eficacia de la historieta reside en trabajar sobre mensajes debilitados en su reiteración, sucesión de efectos que carecen de sentido. Porque la parodia, como la caricatura, no hace sino resaltar lo manifiesto: no inventa, enfatiza explica el escritor Juan Sasturain en El domicilio de la aventura.
La evolución natural de las especies hizo que, después, la 'sátira feroz al folklorismo' -tal como apunta el periodista Marcelo Moreno en una nota publicada en el fenecido diario 'Convicción'-, ampliara a posterior¡ su temática. jue el paso inevitable que debía dar una historieta surgida en una revista humorística y consagrada en un diario. 'Lo que empezó como una parodia ya no lo es', ricuerda Sasturain.

De Martín Fierro a Molina Campos.
Pariente lejano del gaucho de José Hernández, al renegau se le escapa la genealogía, sobre todo al principio, cuando era gurí. Se le notan, entre otros rasgos, los modos heredados del Martín Fierro, en la versión dibujada por Juan Carlos Castagnino. 'Es significativo el episodio inicial del primer tomo de las historietas: Inodoro se halla en una situación semejante a la de Martín Fierro al encontrarse con un grupo de soldados, de la que lo salva un equivalente de Cruz y lo invita a huir juntos a las tolderías. Inodoro rechaza el ofrecimiento argumentando: 'A esto ya lo leí en otra parte y yo quiero ser original' La historieta del autor introduce la preocupación del arte por la innovación en la cultura masiva y, al mismo tiempo, la réplica de Inodoro sugiere que la historia cambió y que no es posible repetir a Martín Fierro', apuntó Néstor García Canclini en su libro Culturas híbridas.
La historieta de los primeros tiempos era gráficamente más elaborada: las tomas cinematográficas (primeros planos, picados y contrapicados, contraluces), la alternancia de líneas más juertes (para los rasgos del gaucho, por ejemplo) y más débiles (si se trata de un personaje de alta extracción social); los juegos con los bordes de los cuadros y el trabajo con las texturas (el enojo hace que a los protagonistas se les hinche la yugular o se les llene la cara de puntitos de ira).
El Inodoro gurí tenía los ojos achinados y los caracteres físicos de los personajes de La guerra al malón del Comandante Prado, en la versión del pintor Carlos Alonso, tal como señala el propio Fontanarrosa, Endelpué el renegau enflaquece y entuata más endelpué los ojos se te vuelven saltones y la boca más dientuda, al estilo de los paisanos de los almanaques de Alpargatas ilustrados por Florencio Molina Campos. Cuando la historieta emigra de 'Hortensia' a 'Mengano', y de allí a 'Siete Días', comienza a percibirse una voluntá de narrar las aventuras por entregas, a partir de recursos de suspenso que imitan burlonamente a los del folletín y el radioteatro. En el diario 'Clarín', en cambio, vuelven a ser historias unitarias.
A diferencia de lo que ocurre en otras historietas, en la de Fontanarrosa el remate suele ser secundario, dado que el efecto humorístico no se sintetiza exclusivamente en el final sino en la vertiginosa acumulación de chistes previa: el ideal es una ocurrencia por cuadrito.
Tanto el remate como muchos de los chistes intermedios están a cargo de Mendieta -un animal que anteriormente jue un crestiano pero una noche de eclipse se emperró- que funciona como la conciencia sensata (Negociemos, don Inodoro) en estas historias de humor errático y absurdo. Chanta y antihéroe: 'Un argentino común'¿Ande jueron a parar los tan mentaos refranes gauchescos y las referencias con reminiscencias literarias? Con el avance del tiempo y los cuadritos, la parodia de otros discursos cedió su lugar al tratamiento directo de las situaciones y los personajes del día. Según observa Sasturain en su ensayo, Pereyra "se ha desintelectualizado para crecer periodísticamente. Ya no hay casi narración: hay chistes'.
Inodoro, la Eulogia y el Mendieta suelen protagonizar tres tipos de situaciones: los enfrentamientos con malones, militares y plagas de loros; las pequeñas delicias conyugales -algunas de las cuales terminan con un mate que vuela por los aires- o el encuentro con personalidades de todo tipo: desde Jorge Luis Borges, Don Quijote y los Reyes Magos hasta Súperman, E.T., el Zorro y los defensores de Greenpeace. La que cada vez llega más a menudo de visita es la actualidad.'Recuerdo que, por el año 76 o 77, cuando vi compilado uno de los libros de Inodoro me di cuenta de que era bastante violento. Inodoro se la pasaba peleando con la policía, con los soldados, con los indios, con todo el mundo. Mientras lo iba publicando no me daba cuenta pero después noté que estaba reflejando un momento violento', cuenta Fontanarrosa.
Si antes el renegau salía a peliar contra la luj mala y el Mandinga, haberá que verlo áhura defenderse de la deuda externa, los prófugos de la justicia, los políticos y el antidopin, entre otros males propios y ajenos.'
Inodoro Pereyra se convirtió en un 'argentino común', que ve transcurrir la actualidad con un asombro que se acerca al desconcierto (...) El dibujo es menos sorprendente y audaz pero no perdió calidad: sucede, simplemente, que el elemento visual ha cedido el protagonismo y se subordina estrictamente a las necesidades del diálogo, gran primer actor de estas historias. Es el ininterrumpido fluir de gags verbales, de juegos de palabras, el que desata incontenible la carcajada o, a veces, la reflexión irónica o amarga', señala Daniel Freidemberg en una nota bibliográfica.
El renegau es un antihéroe: 'un tipo como tantos que hace lo que puede y no lo que quiere. Que reacciona como cualquiera de nosotros, pero que, por sobre todas las cosas, es un personaje digno', explica Fontanarrosa.Es justamente por estos sentidos antagónicos -la dinidá, la derrota, la viveza crioya- que Inodoro Pereyra es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo: un verdadero mojón de argentinidá. Que lo parió!


Choreado con onda de la página del Negro!

domingo, 13 de enero de 2008

La función del arte


Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
—¡Ayúdame a mirar!


Eduardo Galeano en El Libro de los abrazos

Peces de ciudad

Amo este tema! Con ustedes, la poesía interminable y maravillosa de Joaquin Sabina y Pancho Varona...

Peces de ciudad
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d'Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de San Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel,
por mis sueños va,
ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje, de un no te quiero querer.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios se retiran
del agravio de buscar labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo, que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel,
por mis venas va,
ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje, de un liguero de mujer.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar
labios que sacan de quicio, mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios de los peces de ciudad
que perdieron las agallas en un banco de morralla,
en una playa sin mar.